Diego Maradona, el Diego, Pelusa, el Barrilete cósmico, el 10, o simplemente Maradona a secas. Sos el ser humano que se las ingenió para calar hondo en el sentimiento popular, en el de los humildes porque supiste llegar a lo más alto sin traicionar la representación que depositaron los mismos en vos. Te cagaste en la corrección política progre berreta y siempre dijiste lo que pensabas aunque te equivoques, aunque luego te arrepientas, y después te comías como un caballero, como un hombre con huevos y pelotas como los que tenías dentro de la cancha toda esa contraofensiva clasista y juzgadora de la moralina ideológica de aquellos que creen no tener contradicciones, y que viven en la pureza de la cotidianeidad sostenida en la imaginación y la realización de un ideal ético imposible.
Están los que te separan de ese accionar y dicen, yo celebro al Maradona jugador no al otro; y no entienden que eso no es separable. Vos entendiste como pocos el juego del fútbol que está atravesado por la pasión, y la pasión es política. El fútbol no es un deporte, es cultura, es política, es geo-política, es moral y es teología y es símbolo como vos lo fuiste e hiciste saber en esa mano divina que salió por encima del rostro del arquero inglés.
Lo bien que hiciste Diego en cagarte en la corrección política y mandar a la mierda a todos esos maquillados, que se alejaban de vos y se metían en sus burbujas individualistas de mediocridad y poco sentido simbólico por la historia. Te hicieron la vida imposible por tu vida y por tus decisiones, y fuiste ante las cámaras de televisión al soportar eso y les dijiste a todos "que la sigan chupando de parte de Diego Armando Maradona". Te cagaste en los ricos de este país, que le quisieron cambiar el gen popular y peronista a Boca Juniors, el club del que te hiciste hincha de pibe, y en el cual cumpliste el sueño de jugar y salir campeón; y de arrastrar por el barro al arquero más emblemático de la historia de River.
Un hombre que te adoraba como un Dios dijo ayer esperando que llegasen tus restos a la sala velatoria de La Paternal, que ahora recién ibas a tener una verdadera competencia, porque te fuiste para arriba, para el cielo, y con el Dios o los dioses que existan y que se disputen entre ellos la creación del universo, puedas ser un par por primera vez. "El barba se compró un problema" definió el momento, no vaya a ser cosa que los corrompas también, como corrompiste a todo el pueblo argentino haciéndole saber que existían jóvenes que vivían en la miseria y que a veces no tenían para comer; el fútbol sólo los sacaba de esa sensación de injusticia, de no tener nada, el fútbol les daba felicidad a tus pares, a tus amigos, a tus compañeros. Iluminaste ese aspecto del país que ocultaban los medios de comunicación, que los políticos no miraban, que se habían resignado, y no sólo lo iluminaste con tu presencia, sino que fuiste y te reuniste con Fidel, te tatuaste al Che, y un día te sumaste al acto revolucionario más importante que tuvo Latinoamérica junto a Chávez, Néstor, Lula y Fidel: el NO al ALCA.
Dios ha muerto, y ha muerto el fútbol, y ha muerto mi infancia donde me hiciste feliz por el sólo hecho de ver videos viejos.
Hasta siempre compañero
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